Normalmente sólo vemos lo que queremos ver;
tanto es así, que a veces lo vemos donde no está.
Eric Hofer, escritor (1902-1983)
"...La Gartija, según su nombre artístico, es una mujer que tiene la virtud de comunicarse con su mirada.
Recibe las imágenes y las devuelve en una gestualidad ocular inédita.
Porque con estricto rigor técnico, nadie puede afirmar que los ojos puedan expresar algo por sí solos. Requieren de su marco natural en la cara para enunciar algún sentimiento. Las cejas, los párpados, las pestañas, y hasta la segregación –o no- de las glándulas lagrimales intervienen en el proceso de comunicar algo a través de su expresión. Pero no son los ojos. Es la mirada.
El ojo aislado no dice nada. Puede eventualmente servir como un fotómetro respondiendo a la intensidad de la luz que recibe y manifestar los cambios lumínicos abriendo o cerrando la retina, pero nadie puede afirmar que existe sentimiento en esa reacción naturalmente mecánica.
Allí radicaba el don de La Gartija. Además de ser muy bonitos, sus ojos sentían y difundían ese sentir.
Eso me intrigó, me sorprendió, hasta me sedujo. Y pensar que era sólo el principio de algo mucho más complejo..."